Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1307
Legislatura: 1888-1889 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 13 de febrero de 1889
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Laiglesia
Número y páginas del Diario de Sesiones: 50, 1310
Tema: Necesidad de proveer las presidencias del Consejo de Estado y Tribunal Supremo de Justicia

Para decirle al Sr. Laiglesia que tendré presentes con mucho gusto las indicaciones que se ha servido dirigir al Gobierno de S. M., y que cuando el Gobierno lo crea conveniente a los intereses del país, proveerá las Presidencias del Tribunal Supremo y del Consejo de Estado. Y no crea el Sr. Laiglesia, ni lo puede creer aunque lo diga, que en la falta de provisión de esas importantes plazas pueda influir para nada el estado de la mayoría. El estado de la mayoría es el mismo que ha sido siempre. No; consideraciones de otra índole, consideraciones de gobierno, habrán podido detenerle para proveer estas plazas en tiempo oportuno, pero no eso a que S.S. alude. Sabe S.S. que la provisión de esas plazas no puede hacerse más que en personas de altísima posición y de merecimientos y servicios que no tienen todos los ciudadanos españoles, que los tienen muy pocos, y que al mismo tiempo esas personas de altos merecimientos ocupan otras plazas, de las cuales no se quieren desprender fácilmente, y que unos ocupan puestos en el Senado y otros en el Congreso. Únicamente esta consideración es la que ha podido detener al Gobierno, quizá algún tiempo más del necesario, que realmente no es mucho, tratándose de lo bien desempeñadas que están interinamente estas plazas. De cualquier modo, lo que debo decir al Sr. Laiglesia, y S.S. lo sabe, es que no hay aquí nada absolutamente de particular, que no tiene nada que ver el estado de la mayoría en esta dilación que el Gobierno se ha visto precisado a tener, porque no son más que consideraciones importantes que deben tener presentes todos los Gobiernos, a fin de que, cuando se provean estas plazas, sea en personas que tengan todos los títulos, todos los merecimientos, todos los servicios que para el desempeño de esas plazas se necesitan.

No tengo más que decir, y desearía que S.S. se diese por satisfecho; en la inteligencia de que de cualquier modo, aun con estas dificultades, el Gobierno tendrá muy presentes las indicaciones de S.S.; porque, en efecto, yo reconozco que tiene razón, y cuando un adversario político, Diputado o Senador, tiene razón, yo se la doy cumplida, y en estos momentos se la doy a S.S. [1310]



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